Qué es la efectividad laboral, es una pregunta clave cuya respuesta es fundamental para saber cómo lograr la armonización entre los objetivos de la empresa y la capacidad y las aptitudes de un empleado. La efectividad laboral es alinear perfectamente el conocimiento, la habilidad, la capacidad de un empleado a la actividad encomendada por la empresa.
No basta con saber que un trabajador es muy bueno y capaz. El gran reto es que todo lo que es y sabe un empleado se plasme y produzca dividendos inmediatos en las tareas que le son conferidas.
Hay personas que son contratadas porque tienen grandes talentos, pero muchas veces, esa gran expectativa que se tiene no se traduce en una mayor productividad para la empresa.
La efectividad laboral en una organización no es algo que se dé en automático. Requiere trabajarse, impulsarse, promoverse. ¿Cómo se logra esto?
Para que la efectividad laboral sea una realidad, se requiere de dos aspectos fundamentales:
Por un lado que el empleado posea talentos que no son tangibles, pero sí indispensables para alcanzar la integración total con la misión conferida en una organización: liderazgo, habilidades interpersonales, fe en sí mismo, convicción en los ideales, humildad, capacidad para el trabajo en equipo.
El otro elemento fundamental es que la dirección de la empresa esté interesada en impulsar la efectividad laboral de sus empleados.
El fomento de la efectividad laboral requiere del diseño de un programa específico para ello.
Su impulso debería ser una obligación y formar parte central en
la estrategia del negocio.
Por “Talento Humano”, Diódoro Zúñiga B.
www.talentohumano.com.mx
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