El cambio climático está relacionado al calentamiento global y es un cambio a largo plazo que es provocado por factores naturales y, según recientes investigaciones, por actividades humanas debido a las emisiones de gases de efecto invernadero.
El cambio climático está teniendo un impacto importante en los modelos climáticos, las precipitaciones y el ciclo hidrológico. Esto está afectando la disponibilidad de agua superficial, así como la humedad del suelo y la recarga de aguas subterráneas.
El aumento de la variabilidad de las precipitaciones puede poner en riesgo el suministro de agua dulce. La escasez de agua afecta ya a 40% de la población mundial. La falta de agua y su mala calidad pueden poner en peligro la salud y la higiene, con el consiguiente aumento del riesgo de enfermedades diarreicas (causa de muerte de 2.2 millones de personas cada año), de tracoma (una infección ocular que puede producir ceguera) y otras enfermedades.
La escasez obliga a las personas a transportar el agua desde lugares alejados y a almacenarla en sus casas. Esto puede aumentar el riesgo de contaminación del agua y de las consiguientes enfermedades, además de servir de criadero de mosquitos que son vectores de enfermedades debilitantes como el paludismo o el dengue.
Uno de los retos principales que plantea el cambio climático, es lograr la adaptación de los recursos hídricos. De acuerdo con el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), entre los principales impactos de este fenómeno se encuentran los aumentos y las disminuciones anormales en el caudal de agua debido a variaciones de la precipitación y la temperatura, lo que trae como consecuencia precipitaciones más intensas o más escasas que conducen a la presencia de sequía o de eventos extremos meteorológicos. Todas estas condiciones son propicias para exacerbar los daños por inundaciones y sequías más severas.
Un estudio reciente estima que el cambio climático es responsable de 20% del aumento global de la escasez de agua, siendo el crecimiento de población y desarrollo económico responsables de 80% restante.
Una de las funciones de la Comisión Nacional del Agua es formular la política nacional hídrica; definir los lineamientos para jerarquizar obras de inversión en infraestructura; llevar a cabo obras hidráulicas federales; realizar declaratorias en zonas de alto riesgo por inundación y declaratorias de sequía.
Entre los programas institucionales que tiene Conagua y que son de relevancia para la adaptación al cambio climático y la reducción de la vulnerabilidad, se encuentra el Programa Nacional Hídrico 2013-2018, que incluye una serie de acciones para mejorar la gestión del recurso hídrico.
Otro programa de gran importancia es el de Protección a Centros de Población, que plantea entre otros objetivos, la construcción de infraestructura para proteger centros de población y áreas productivas de los riesgos asociados a los fenómenos hidrometeorológicos. Este programa se opera por ejecución directa o a través de convenios con los estados.
Uno de los esfuerzos más importantes para el manejo de riesgo son: el Programa Nacional de Reservas de Agua, el Inventario Nacional de Humedales, y la modernización del Sistema Meteorológico Nacional, en el cual se emiten boletines y avisos oportunos sobre las condiciones meteorológicas.
Muchos de los programas que opera Conagua para la rehabilitación de la infraestructura hidroagrícola son de interés para la disminución de la vulnerabilidad.
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