Los rasgos de la Generación Z, nacida en la era tecnológica, son diferentes a los habituales hasta ahora en las empresas y, apesar de los beneficios que aporta, el cambio generacional es unos de los problemas más importantes a la hora de mezclar personas con diferentes valores y hábitos.

La generación que sucede a los millennials -también conocida como ‘Y’- es, por estricto orden alfabético, la Generación Z. Podemos considerar Z a todos aquellos nacidos entre 1994 y 2010, aproximadamente. Este grupo demográfico de jóvenes, que supone el 25% de la población mundial, sale ahora de las aulas para incorporarse al mercado laboral y reclama su sitio en el mundo. Es una generación peculiar, marcada especialmente por la era digital, que se caracteriza por tener unos patrones comunicativos y de consumo únicos, lo que constituye todo un reto para las generaciones anteriores.

Más allá de los riesgos y la evidente frivolidad de atribuir una letra y un solo rostro a un espectro de 2.000 millones de personas, hay algunos elementos que pueden extraerse de las múltiples encuestas. Especialmente en contraposición a sus predecesores, los llamados millennials, a quienes las marcas todavía viven obsesionadas con descifrar.  Para las empresas, sin embargo, la aventura con sus hermanos pequeños consiste ahora en descodificarles en el laboratorio.

La teoría del consumo dice que el segmento poblacional de 18 a 24 años es el más influyente. Las generaciones anteriores y las posteriores siempre quieren parecerse a ellos. Son la referencia estética. Y los Z —llamados así por venir detrás de las generaciones X e Y— empiezan a colocarse en la cúspide de esa pirámide de influencia y en cinco años la habrán copado.

Esta generación ya no se conforman con ser sujeto pasivo de marcas y publicaciones, desean producir sus contenidos. Sucede a través de YouTube, donde las nuevas celebrities surgidas en este medio ya son más populares que las de la industria del entretenimiento tradicional. O a través de aplicaciones como Vine (para vídeos en loop) y webs como Playbuzz, la vuelta de tuerca de la popular web de historias virales Buzzfeed, donde ahora los contenidos los suben los usuarios, que ya suman 80 millones al mes, según Google Analytics.

El reto de retener a los Z en la empresa

Job Today lanza un informe sobre las peculiaridades de la Generación Z en el panorama laboral que puede ayudar a comprender a este grupo generacional que tiene más ganas de emprender su propio negocio y pone más énfasis en la cultura de empresa que otros trabajadores de generaciones previas.

 “El empleo del futuro va a ser diferente”, ha dicho Núria Villanova, fundadora y presidenta de ATREVIA y del Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica (CEAPI).  Habrá que trabajar para que estos jóvenes “no desconecten” de sus empresas. Uno de los ejemplos que ha puesto sobre este cambio de mentalidad es la cada vez más invisible frontera entre trabajo y ocio. “Olvidémonos de tiempo de ocio y de trabajo, todo está mezclado”, ha asegurado.

Una generación que ya está cambiando el mundo

Entre los colaboradores de esta pionera publicación en España está Begoña Sesé, que durante un mes ostentó el cargo de CEO de Adecco, y que ha redefinido el concepto de liderazgo. “No es lo mismo un jefe que un líder”, ha dicho, añadiendo que lo que “frustra” a la Generación Z es la falta de líderes. Además, Begoña Sesé ha explicado la relación de su generación con el mundo que vivimos que, “fruto del consumismo”, necesita un cambio que los Z están dispuestos a encabezar.

Lo primero que observa un Z cuando se incorpora a su primera empresa es un choque generacional con sus compañeros. Las  principales habilidades de las personas de esta generación son la comunicación y la colaboración, siempre orientadas a fomentar su creatividad.  Es muy interesante observar que esta generación prefiere hablar cara a cara antes que enviar un email y odian la competitividad o el desafío, prefieren un ambiente colaborativo. Esta forma de funcionar es muy interesante pues ven a su jefe no como alguien autoritario sino como un mentor o un líder, alguien a quien admirar y de quien aprender.

La comunicación es muy importante para esta generación, esperan que sus ideas sean escuchadas y valoradas, a la par que prefieren un feedback de calidad regular  y comentarios críticos después de cada tarea o proyecto, no revisiones mensuales o anuales.

La generación Z valora que una empresa aporte: un entorno que cuide el aprendizaje, las oportunidades de desarrollo profesional y el “mentoring”(líderes, no jefes), los horarios flexibles y trabajar sin límites geográficos. Otra de las prioridades es que esa empresa tenga valores éticos y una responsabilidad social de impacto en la comunidad. Prefieren un trabajo estable, pero refiriéndose a la seguridad no a un trabajo fijo; siendo el dinero la motivación esencial para trabajar y mantenerse más tiempo en una empresa. Por ello, valoran las empresas grandes antes que los pequeños negocios o puestos en entidades sin ánimo de lucro o relacionadas con los servicios sociales y el gobierno.

La Gen Z es autodidacta, por ello tienen unas expectativas más elevadas hacia el aprendizaje. Podemos observar una disminución de titulados en esta generación. No obstante la falta de titulación no significa falta de talento.