Pocas son las personas que, desde jóvenes, tienen un plan de vida claro, que saben lo que quieren y luchan por conseguir sus metas; uno de ellos es Arturo Sarukhán, embajador de México en Estados Unidos con más de una década trabajando para el Servicio Exterior Mexicano.
BALAS DE PLATA
“El TLCAN no es una bala de plata que resolverá los problemas en México”
Estudió Relaciones Internacionales en el Colegio de México (Colmex) y cuenta con una maestría en Política Exterior de Estados Unidos por la School of Advanced International Studies (SAIS); ha sido condecorado por los gobiernos europeos de España y Suecia y, recientemente, ganó el premio Gesher 2012 otorgado por el Comité Judeoamericano (AJC, por sus siglas en inglés) por su contribución a la construcción de puentes y al fortalecimiento de los lazos de amistad entre la comunidad judía y la hispana en Estados Unidos.
Arturo Sarukhán es una persona con la mente fría, que conoce –mejor que nadie– la relación entre México y Estados Unidos; más ahora que se cumplen 20 años de la firma del Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN) entre Canadá, EE.UU. y México.
“Hay que ser muy claros, el TLCAN no es una bala de plata que va a resolver los problemas de crecimiento, inequidad social o pobreza extrema en México; el Tratado de Libre Comercio se diseñó y negoció como un instrumento para detonar un mayor flujo comercial entre ambos países y eso es lo que ha hecho; en ese sentido ha tenido un impacto muy importante”, afirmó el embajador mexicano y es que, como él lo dice, “el TLCAN marcó un antes y un después en la relación bilateral con EE.UU., porque detonó un cambio paradigmático en la relación, en la manera en la que entendimos la importancia de un destino y un futuro económico y social compartidos”.
Sarukhán afirmó –consciente– que “hoy por hoy, México es el segundo socio comercial de Estados Unidos (…) a diario se movilizan más de mil millones de dólares entre México y Estados Unidos” y no es para menos si alrededor de 40 por ciento del contenido exportado por ambos países contiene piezas hechas en el otro país, “estamos hablando que ya no exportamos mercancías mexicanas o estadounidenses, estamos exportando productos norteamericanos, y ni siquiera en la Unión Europea existe este nivel de integración de las cadenas productivas”.
Lazos irrompibles, empresarios mexicanos en EE.UU.
Para el embajador Sarukhán, iniciativas como la Asociación de Empresarios Mexicanos (AEM), “son importantísimas” y profundiza que “en América del Norte nos tenemos que dar cuenta que ésta es una relación con una multiplicidad de actores, que el poder ejecutivo de México y Estados Unidos no deben tener el monopolio de la relación bilateral y en ese sentido el sector privado mexicano y estadounidense juegan un papel muy importante”; para Sarukhán “la AEM tiene una doble virtud: primero le demuestra a los estadounidenses que los empresarios mexicanos están generando empleos y oportunidades económicas en EE.UU.; y segundo, al trabajar como co-accionistas del bienestar de nuestra comunidad en EE.UU. están demostrando que hay un alto sentido de corresponsabilidad social (…) México está generando empleos, inversión, está comprando empresas en EE.UU. y las está haciendo más eficientes, y pequeños y medianos empresarios en todo el país están invirtiendo y generando riqueza, bienestar y trabajos en EE.UU., en este sentido, la AEM está jugando un papel de punta de lanza”.
NAFTA20
El diplomático mexicano comentó sobre el interés que tiene en participar en la cumbre NAFTA20 en la que se realizará un balance del TLCAN y, además, se presentarán los proyectos a futuro: “Es un momento muy importante para celebrar lo que se ha logrado, pero también para hacer una evaluación objetiva y crítica de lo que no ha funcionado: ¿cómo se debe mejorar?, ¿cuáles son los siguientes pasos? y ¿cómo podemos acoplar todo lo que se ha hecho de manera exitosa?”.
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