Por: Mariana F. Maldonado | El Universal
Ya te viste manejando el coche que siempre has soñado. Suena a cliché pero todos tenemos un modelo preferido y hemos pensado en comprarnos uno.
Hacerlo no es una cuestión que se deba tomar a la ligera: es algo que tienes que tomar con calma y en el que debes involucrar el análisis de muchas variables.
¿Corresponde a tus necesidades de transporte? ¿El transporte público existente realmente no puede sustituir su uso? ¿Tu bolsillo está preparado para pagarlo, ya sea en mensualidades o de contado? ¿Estás considerando los gastos que surgen alrededor de esta compra?
Plantéatelo desde el inicio: ¿Porque lo estás haciendo? esto te ayudará a tomar una buena decisión financiera. Quizá estás pensando en comprarte un coche último modelo pero éste no es exactamente el que se ajusta a tu bolsillo o tal vez de verdad lo necesitas para transportarte porque las largas distancias se han convertido en una pesadilla.
La movilidad en nuestro país ha hecho que el parque vehicular crezca tres veces en dos décadas, según el Instituto para la Política del Transporte y el Desarrollo (ITDP, según sus siglas en inglés).
Te identificas… ¿o no?
En México, aquellos que compran autos nuevos son cultos, tienen entre 34.8 años, más de la mitad son hombres, casi 80% tiene un título universitario o superior y tienen una buena situación económica, según un estudio hecho por Google y Netpop Research. ¿Eres uno de ellos?
“Mi recomendación es que primero sea por utilidad y luego por estatus, porque el estatus puede salirte muy caro. El estilo de vida es lo que te mete en problemas, no es que ganes poco o mucho. Haz de tu estilo de vida un negocio”, asegura Eloy López, director de la consultoría Previsión Financiera.
Así que ya sea por necesidad o por estatus, es necesario que esta decisión la tomes financieramente de manera inteligente, es decir, esta decisión no debe de lesionar tus finanzas personales.
No sólo es pagarlo de contado, es que si lo haces, todavía debe quedarte en tu fondo de ahorro una cantidad considerable para emergencias. Ni tampoco es que apenas puedas pagar la mensualidad a crédito, sino que también debe quedarte para pagar enganche, seguros, mantenimiento, gasolina y estacionamientos.
Si lo vas a pagar a plazos, no debes de gastar más de 30% de tu sueldo en ello, recomienda López.
De hecho, 30% ya es una suma considerable, ya que a este porcentaje se le suman los gastos extra.
Además, tienes que fijarte en que sea rendidor en cuanto a gasolina y accesible en cuanto al mantenimiento, del cual, nadie se escapa al menos una vez al año.
No es la mejor inversión
En realidad, hay que dejar las cosas claras: comprar un auto no es una inversión simplemente porque no vas a sacar más dinero del que gastarás en él.
“Jamás se va a apreciar el auto. Tú vas sacando el carro de la agencia y vas tirando billetes. En el primer año se deprecia entre 20% y 30%, el segundo otro 20% y después ya 15%. El carro no es una inversión porque nunca va a ser algo del que vas a sacar más dinero que le metiste”, explica el especialista que además, es agente de seguros.
En realidad, se trata de un gasto que implica muchos otros a tu alrededor- pero que podría traerte ciertos beneficios de movilidad y seguridad. Analiza cuidadosamente las horas que te ahorrarás y pon en una balanza si todo este gasto vale la pena.
¿Te avientas?
La utilización del automóvil se ha presentado como una alternativa ante el fracaso de una buena movilidad a lo largo del territorio, así que en muchas ocasiones, comprar uno se presenta como una vía posible para paliar la necesidad de trasladarse.
No es ni la mejor -tiene altos costos ambientales, sociales, económicos- pero a veces es la única.
Considera que el crecimiento del parque vehicular es acelerado en las principales ciudades del país, excepto el Valle de México.
No brinques de felicidad si es que vives ahí. Es en los hechos una pésima noticia porque esto se debe a la inminente saturación, según cifras del ITDP.
El tráfico no es un asunto menor. Las pérdidas anuales por congestión vial ascienden a 200 mil millones de pesos, según cifras del Centro de Transporte Sustentable.
Más allá del dinero, en México pasamos numerosas -y valiosas- horas en embotellamientos. Si quieres comprar un coche, tienes que saber esto si no es que ya lo vives.
Como botón de muestra el caso de Santa Fe. En promedio, según cálculos de la asociación EMBARQ México, la gente que se traslada allá pasa en el auto dos horas de ida y dos de regreso, lo que equivale a una semana laboral perdida cada mes en el tráfico.
Entonces, ¿te conviene? Aquí viene un análisis meramente personal. Si vives en el campo o en la ciudad, si no tienes otro medio de transporte o si el auto reducirá de manera considerable las horas que pasas en el tráfico.
Quizá valga la pena comprarlo debido a que un auto solucionará tus problemas de traslado. Sólo toma en cuenta que el parque vehicular va a seguir creciendo y los tiempos de traslado serán cada vez más largos debido a que la política de movilidad está orientada a favorecer el crecimiento automotriz. No queremos desilusionarte, simplemente te dejamos todas las aristas para que tomes una decisión financiera informada.
Hay que pagar más
“Comprar un coche es sólo uno de los costos de tener un auto”, asegura un documento de Personal Finance Duke, un sitio desarrollado por la Duke University que ofrece consejos de finanzas.
No sólo es adquirir el auto, existen otros gastos. A eso suma los seguros, los costos de mantenimiento y el estacionamiento.
En cuanto al lugar de estacionamiento, de acuerdo con estimaciones de EMBARQ México, el Banco Mundial, A Great Place to Work y otras organizaciones, en Santa Fe, por poner un ejemplo, al mes puede costarte hasta mil 500 pesos.
Así que considera si tu lugar de trabajo te ofrece estacionamiento o éste será un gasto extra que tendrás que considerar.
Saca pluma y papel y pon en una balanza tus ventajas y desventajas para tomar una decisión.
Si ya te decidiste
La balanza se inclinó positivamente y estás dispuesto a comprar un auto. Para ello es importante que hayas creado un presupuesto.
La pregunta que seguramente te surgirá es si comprarlo con lo que tienes ahorrado o decidirte por un préstamo bancario.
Si en donde tienes ahorrado tu dinero, pensando que sea en algún instrumento fijo de inversión como Cetes o pagarés, por ejemplo, la tasa de interés es muy baja, es decir, no estás ganando casi nada, seguramente te convendría comprarlo con ese dinero.
¿Por qué? porque en vez de embarcarte con un préstamo que te cobre la tasa de interés más cara, estarás pagándolo con un dinero libre de interés, recomienda The Money Advice Service, un sitio especializado en asesoría financiera.
Lo que puedes hacer es pagar con tu dinero ahorrado la mayor cantidad de enganche posible, esto hará que disminuya la tasa de interés del préstamo que tendrás que pedir.
Sin embargo, ten en mente que te tienen que quedar ahorros para una emergencia.
Ahora, ¿nuevo o usado? Seguramente lo que va a decir esto será el presupuesto que tengas o al menos debería si es que no te quieres embarcar en una compra que al final de mes esté comiendo tus ingresos.
Pondera que si es usado te arriesgas a que tenga defectos. Tienes que preguntar los dueños previos, accidentes y problemas de mantenimiento que ha tenido.
Seguro ¡por favor!
No dejes de contratar uno. El básico que debes de tener es el de responsabilidad civil, el cual cubrirá daños a terceros que puedas ocasionar y los gastos médicos de tus ocupantes.
“Si atropellas a una persona y muere, puedes llegar a pagar hasta cuatro millones de pesos”, asegura López. Así que ya sabes a qué te arriesgas andando sin él. Con un máximo de 2 mil 500 pesos al año te compras una buena póliza.
Si tu presupuesto no es tan limitado, la recomendación es comprar uno de cobertura ilimitada y si tienes más capital, uno de cobertura amplia.
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