Decimos que un jefe abusivo aquel que no grita, insulta, humilla, intimida, te culpa de todos los errores, ignora tus méritos, hasta te obliga a volver al día siguiente a las seis de la mañana después de trabajar hasta la medianoche.
Es posible que estos líderes negativos hayan aprendido de sus superiores estas malas prácticas y que las dejen en “herencia” a sus sucesores, creando un largo ciclo de abusos.
Pero puede ser posible que nos distanciemos de su comportamiento y, al ascender, rompamos esa cadena de maltratos.
¿De qué depende que se aplique un estilo de mando opuesto?
Shannon Taylor, investigador en un estudio de las universidades del Centro de Florida (UCF), de Texas en El Paso, de Management de Singapur y de Suffolk, en Reino Unido dice que, “para bien o para mal, los jefes son modelos importantes a seguir“. Su comportamiento puede permear hacia niveles inferiores de una empresa, porque la gente presta atención a lo que hacen.
“Si ven a los líderes actuando abusivamente, pueden pensar que esa conducta es tolerada o incentivada, y quizás incluso recompensada, así que la incorporan en su propio papel de líderes”, explica Taylor.
Esta situación ocurre pese a que “la relación entre una supervisión abusiva y el desempeño de los empleados es claramente negativa“, sostiene. Pero hay trabajadores que ante el clima negativo adoptan una actitud distinta.
La investigación, titulada “Rompiendo el ciclo de la supervisión abusiva: cómo la ‘desidentificación’ y la identidad moral pueden ayudar a cambiar el curso de la filtración del abuso”, recogió datos de cerca de 700 personas por internet, en Estados Unidos, y de 500 trabajadores en India.
Una de sus conclusiones asegura que “romper el ciclo de abusos depende de que el empleado se ‘desidentifique’ con su jefe“, sostiene Taylor. “Si alguien sufre abusos por parte de su jefe, ¿es capaz de verse como distinto a este o de enorgullecerse de no ser como él en absoluto?”, comenta el experto. “Si la respuesta es sí, tiene más probabilidades de convertirse en un gran líder“, afirma.
Pero ‘desidentificarse’ del jefe no es la única condición para actuar diferente, de acuerdo al estudio, que se publicó en octubre en el Journal of Applied Psychologyde la Asociación Estadounidense de Psicología.
El análisis también descubrió que cuando los trabajadores tienen una “identidad moral fuerte” hay más probabilidades de que rompan el ciclo de abuso y de que ejerzan un liderazgo más efectivo, cuenta Taylor.
Con “identidad moral fuerte” el investigador se refiere a que “las características morales como la compasión, el interés, la honestidad sean centrales en el concepto que una persona tiene de ella misma“.
El estudio señala que “es más probable que los supervisores con altos niveles de identidad moral se ‘desidentifiquen’ de sus gerentes abusivos y demuestren liderazgo ético con sus propios subordinados”.
Estas conclusiones coinciden con la idea de la resiliencia, dice Taylor: “es decir, pueden salir cosas buenas a partir de experiencias malas”.
Fuente: es.weforum.org